domingo, 18 de agosto de 2013

El after Party

Después llegué. Lo más natural hubiera sido abandonar la escritura de este blog, en su génesis, un blog de viajes.  Continuarlo, debería ser correr el centro, desplazar el hogar, aún de viaje, no en un sentido existencial ni metafórico, completamente de facto, aquí, temporalmente.
Tampoco es una tesis sobre la nomadología, tiene mucho más que ver con un estado de ánimo. Al final resultó un poco existencialista.
De todas maneras, con estos ojos he vuelto a Uruguay.
El hecho de tener que introducir referencias, en este caso a Blade Runner o a "Le bateau ivre" de Rimbaud, tiene que ver con no ver, con el auto-canibalismo (pero uno que no mutila!) porque de afuera no hay mucho que decir. Y sino de que me voy a poner a hablar ¿De la inseguridad o de su ausencia?
Como muchos (¿Quienes?) saben, me iba a ir a Paris. Y al final no.
Al mismo tiempo,  aca no hay fantasmas, y ahí cae la realidad con toda su jaléa, no puedo decir con impunidad que aquél hace aquello y este hace lo otro.  He ahí una definición: hay diferentes contratos con aquellos que uno decide con antelación, que algún día va a olvidar.
Estuve leyendo un poco lo que había escrito antes que esto, hay algunas personas que me han hablado de que me leían cuando no estaba del otro lado. Cada tanto pienso que voy a abrir la puerta y que va a caer el sol sobre Paris. Pero no soporto a la gente autoreferencial, así que no voy a hablar más del asunto.
Nada más.