viernes, 16 de enero de 2015

Titulares

En la sala de lavar ropa, al lado del cuarto, hay una araña con el culo azulado. Pocos bichos sobreviven al invierno del paralelo 43: no hay mosquitos, no hay langostas como aquellas con las que con mi tío,que era pibe y yo apenas tengo memoria, jugabamos batallas en las tardes húmedas de la frontera.

Los trenes se suceden por la noche y chispotean hasta el cuarto, la red electrica pos-crisis del petroleo. Tienen los colores de la bandera francesa y hay uno, el que me tomo a las 7:06, que Je suis Charly, entre letras fosforecentes al estilo Hip-Hop. Combino con Paris Nord la línea E, he logrado encontrar las escaleras que dan justo a la linea H, he logrado ganarle a la aplicación transilien, agarro el tren antes de lo previsto y gano unos minutos de sueño.

 En Enghien me espera Gael, petiso, petiso,el pelo con gel, es un hombre hecho de 22 años que disfruta de gritarle a los alumnos con un tesón de pulmones grandes que sorprenden a su torso. Le gusta y grita y a Gael lo dibujaron, en una actividad que armó el propio Gael que pidió dibujar a los vigilantes, castigando a alguien.

Me espera Alexandre, que dice que es de Guadalupe pero nació en Francia, que dejó a su novia que tiene un hijo que no sabe si es de él pero lo reconoce para tener los subsidios de paternidad, y se ríe, y se levanta alumnas.

Alejandra me dice "hola", se vino con la crisis del 2001 y se queja de los árabes y dice: "¿Por qué ponen siempre platos sin cerdo en la cantina? Si yo voy a Marruecos no me pido una pizza con jamon".

En Enghien, una ciudad de judíos según la propia Alejandra, hago 18 horas entre Jueves y Viernes.

El camino al tren es de 8 minutos,  salgo de noche y gracias al equilibrio cicotímico de los equinocios y solsticios, ahora, no como antes, salgo, durante el día.

Me lleva una hora, como ir a cualquier lado, y he aprendido a dormirme y despertarme en los intervalos correctos; temo perder esta habilidad cuando ya no sea útil y nos mudemos.

Will volvió y me dijo que ahora hay guita, me dijo que "menos es más", que me esfuerce por enseñar menos en los videos, que es más (videos, más plata, videos pagos).

Cierto día fue el día de tirar cosas, y nos trajimos un antílope de lata que nos mira desde la puerta. Toda el pueblo estaba lleno de excedentes, todas las casas sobraban. Era como un carnaval sin gente.

Estoy pensando en una tesis sobre la universidad, ya tengo algo, mientras caminaba al colegio escuchando "Fight the power" El año que viene lloramos una beca y un alojamiento propio. En el colegio una vez sonaron la "alarma de incendios", cómo en las películas.

Para los caracoles los franceses inventaron un cubierto especial que sostiene el caparazón, una acción que puede ser perfectamente hecha, y debo decir, de manera más intuitiva, con las manos, pero quisieron darse el lujo de poner un cubierto más en la mesa.

Ahora todos somos Charly o no somos Charly, o nos burlamos de la gente que es Charly. Cortan trenes por valijas o mochilas abandonadas; la gente habla mal de los musulmanes, tengo alumnos que han dicho que "no hay que meterse con el profeta". Todo eso que se ha escuchado en todos lados.

La araña que vive en mi baño sigue. Nos regalaron dos biblias, una en francés, y después, una en español. La señora que vive al lado es de un culto protestante, y somos condecendientes.

Conseguí una alumna de español, es a una hora de viaje, tiene la voz temblorosa y se va a  República Dominicana, quiere aprender a hablar en un mes.

El primer semestre está saldado.