jueves, 18 de septiembre de 2014

La vuelta

Perspectivas sobre lo que no.

No creo que haga falta introducir el plural que ahora va a ser el que tenga mayor densidad en este realato.
No hemos ido al Louvre, no hemos subido a la torre Eiffel, no hemos encontrado apartamento ni trabajo. Pero sí han pasado algunas cosas.

Retrospectiva

Tuvimos la suerte de encontrar a la mejor anfitriona de Paris, por un mes. Morgane, según hemos descubierto siguiendo las pistas de una biografía basada en los elementos de su habitación y algunos comentarios de Hana, la franco-magrebesa que quedó como su representante, es originaria de Guadalupe, es muy alta (ahorra espacio guardando cosas cerca del techo) y tiene una especie de fetiche con la "latinidad" (sombreros de playa, fotos de cuba, afiches de restoranes "latinos").
El apartamento, 4 pisos por escalera caracol sin asensor, es en el segundo arrondissement, muy barato con muebles también baratos que parecen deshacerse a cada rato y amenazar la plata que dejamos de garantía. Pero hay Wifi gratis y un espacio habitable para parámetros de la Ciudad Luz.
Más de 4 personas no entran, pero si los muebles se acomodan de la mejor manera posible, y la cama-sofá se reduce, tenemos un espacio suficiente como para caminar y no vivir a los tumbos.
Para llegar tuvimos que caminar un unas 15 cuadras, un trayecto de 5 minutos que duró cerca de una hora. No éramos los únicos, en Paris hay un desfile constante de valijas y bolsas de shopping. La vez pasada, citando un artículo de Houellebecq conté que él decía que la ciudad se había convertido en un gran museo y un gran supermercado/tienda de souvenirs. También, hace falta decir, que para acompañar a esos servicios también tiene su lado de gran aeropuerto.
El viaje fue normal, no como las 8 horas de conexión en Guarulos de la última vez. En el control de pasaporte me hicieron pasar, ya que no había mucha gente, a la cola de los europeos. El tipo, con cara de mala infancia me miró mal. Y le dije: "bonjour". Y el me dijo: "Hello". Y yo le dije, de nuevo: "bonjour", "No, hello", respondió. Yo no entendía bien la prueba, quizás estuviera probando si era verdad eso que dice en mi pasaporte, que soy profesor de Inglés. La charla continuó en esa lengua, le conté que iba a estudiar. Y ahí llegó el momento clave: el tipo me preguntó: "Why?". Fue dificil, recordé mi carta de motivación para la universidad, intenté adecuar el discurso a quién me interpelaba, fui a hablar, había pasado un rato, pero antes de que dijera nada me dejó pasar.

Bis y Hana

La vez pasada el primer día que llegué rompí la instalación electrica del liceo, esta vez rompimos una cortina, y después rompimos la pared tratando de arreglarla. Dicen que Morgane es buena onda igual. Y le gustan los latinos.

Hana vive en la calle Saint-Denis, "la calle de las putas". De día y de noche, se pueden ver putas, la mayoría da mediana edad y cuyo atributo destacado son los pechos, Las putas van de la manito y entran a los apartamentos, todo en un clima muy familiar. Hana vive en un edificio dedicado a este oficio, aunque ella no lo practique, El edificio cuenta de un pasillo en donde hay: un taller de costura mínimo en donde trabajan varios asiáticos, una peluquería que parecía bastante frecuentada, y una lavandería. Hana es muy buena onda y canta "durazno sangrando" y "muchacha ojos de papel" de memoria porque estuvo en argentina. Sueña con vivir en américa latina, vaya uno a saber por qué.  

Fin de semana en Normandía

Volví. Pasé por el Liceo y por el banco, la gente se acordaba del único uruguayo que había estado allá. Me saludaron sin demasiada efusividad, en la puerta del instituto los alumnos murmuraban (¿es martin? ¿ese es martin?) pero ningún abrazo.
Después lo de siempre en Normandía, abundantes quesos y amistad sin patetismo. Comimos moule-frites en un restorán "caro" que salió 1/3 de lo que sale en Paris comer y nos paseamos por la costa del Canal de la Mancha y el Sena. Todo estaba igual, un poco más ocre, tibio como un recuerdo que se vuelve sólido cuando uno vuelve. Nos queríamos quedar, ahí donde la gente no parece desesperada por 15 metros cuadrados y donde parece que todavía hay tiempo. Pero no.
Al irnos, me traje una caja con cosas que había dejado en mi época de asistente, una lista de nimiedades insuperable pero bastante representativa de aquel tiempo:
Un termo
Unas pantuflas
Un agua oxigenada
Un pisador de papas y un taper
Líquido para encendedor

The appartement

Buscamos apartamento, todos los días buscamos apartamento. Nos quedamos horas y horas de noche, mandando mensajes, haciéndo llamadas, inventando mensajes "simpáticos" para que nos adopten como cohabitantes. Es un curso intensivo de francés de súplicas. Dan ganas de escribir una tragi-comedia estilo L'auberge espagnol pero más sórdida, donde al final al que busca lo meten preso y termina contento de tener un techo gratis. El mínimo legal en Paris es de 9 metros cuadrados, e igual hay gente que alquila menos. En uno de esos diarios gratis del metro Gisele leyó que un tipo esta en la justicia por eso. La cosa fue así, el huesped no quiso pagar más su alquiler, el propietario fue a la justicia y terminó él mismo enjuiciado por alquilar algo infrahumano. Lo bueno es que estamos haciéndo un montón de turismo por las zonas menos turísticas, donde todo sale más barato.

Resumen

No creo que una conclusividad sea necesaria, todavía está todo en verse. A la universidad estamos inscriptos y todavía tenemos dnde vivir.
Habrá que ver en unas semanas.