lunes, 16 de febrero de 2015

Nunca llegó la nieve

Topografía de los pizarrones

Will volvió.
En un apartamento, de pantuflas, me contaba que, allá por los 80s, tenía una banda estilo New Wave, que era fanático de The police y que luego de ser baterista se dio cuenta de que su "don" (gift) era "tener ideas".
Hizo tazas y tazas de café, esperábamos a Cesar entre persianas automáticas y un pizarrón que no era porque no lo hubieran dejado empotrarlo en un apartamento alquilado; así que Will puso unas láminas de cierto material cuyas irregularidades dejaban escribir, solo, obviando los pliegues de la placa mal puesta. Luego me indicaron "la marca" en donde tenía que pararme y así la primera clase: "Hello, my name is Martin! Today you are going to learn how to introduce yourself in Spanish".

Cesar filma, estudia con Luc Besson (cuya única película recordable es "El quinto elemento", si alguien recuerda alguna más, mi pésame por ese mal momento), cerca del video 5 Will se puso complicado; no entendía, me decía que los "ingleses no entienden tan fácil", que pronuncie más lento, Cesar hacía gestos de que él si capta, ambos sabíamos que Will era bastante dotado en ser un imbecil y también que nos pagaba la sesión. Will balbuceaba "too fast", "too fast" reclinado en una silla de playa, en el fondo de la habitación, mientras registra su Iphone. Cuando llegamos a la clase de los sonidos se desesperó: "eso de la jjjj y la ggggg, too fast, too fast". Con Cesar filmamos lo mismo 3 veces, entre cada toma fumábamos y hablabamos de precios de alquileres, del clima en Paris es difícil hablar porque es siempre el mismo, así que el tema universal es el mercado inmobiliario.

En el último video hicimos un diálogo; el español de Cesar era pésimo pero Will nunca se dio cuenta,
Seis horas estuve ahí, tuve que hacer un noséqué en donde me presentaba y decía que pagaran las 16 libras por mis videos, que era un tipo capaz y con experiencia: "See you soon!!". Will estaba contento, había aprendido a decir "diez" y lo repetía una y otra vez (its ten isn't it?).

Esa misma mañana, mientras esperaba el ómnibus, en Saint-Lazare no había nadie.
Paris, los domingos, es una ciudad: los comercios están cerrados y todo es triste como cualquier domingo: ya no es Paris sino domingo, en cualquier lado. A mi me tranquiliza eso, son cómo unas vacaciones de Paris que te da la ciudad misma una vez por semana.

En fin, yo esperaba para ir a ver a Will. Un veterano de barba que parece que siempre está ahí, dormía bajo el techo de la parada. Tenía los ojos tan caídos.
Otro llegó y amagó dejarle unas bolsas, a lo que una señora lo increpó:

este tipo está loco, lamentablemente en Francia cerraron los manicomios antes podríamos mandar a la gente y ahora ellos tienen que firmar la entrada y antes no había esto así que no le dejes nada que es peor porque antes los manicomios.....

El de las bolsas no sé si entendía francés,  la vieja no le iba a permitir salirse con la suya, agarró las cosas y se fue, la señora me tomó como relevo: lo mismo, que qué terrible, que qué mal está Paris con los locos. No llegué a decir nada, se subió al omnibus sin dejar de hablar, imagino, para comentarle al chofer.

Meudon, Meudon

Finalmente nos mudamos, conseguimos un apartamento, ahora en la zona 3, quizás en otro semestre lleguemos a estar en Paris, si la serie continúa. Otra vez es un sótano, todavía no alcanzamos a superarnos en la dimensión vertical, pero algo es algo. Otrora ahí vivía la au pair (niñera) que cuidaba a los nenes de la familia, ahora estudiantes en algún lugar de Francia; gracias al fantasma de los nenes que tuvieron lío para encontrar apartamento en su momento, los propietarios vieron en nosotros cierta simetría, y nos dejaron firmar contrato cuando no teníamos mucho que ofrecer. Es pequeño y oscuro pero más barato y a 10 minutos de Montparnasse.
Rodin tenía una casa en Meudon, es un Banlieu más cheto que Roissy, más aristocrático más bien, hay flores (Elisabeth también tiene flores, pero son todas de plástico, el otro día me explicó como, a la larga, son una buena inversión).
Los propietarios son una pareja de productora y director de series de televisión; copias de CSI, NCYS y todas las variantes del género, él toca blues y está medio pordido de hacer mierda, parece, ahora se quiere dedicar a dar clases. Ella hace los negocios.

En su casa tenían un ejemplar del Charlie Hebdo, yo, para confraternizar y que nos dieran el apartamento les idje que yo también lo habñia conseguido. Me contestaron que no les gustaba Charlie Hebdo pero que se suscribieron por una cuestión de apoyo. En fin, sigue la movida del republicanismo y todo eso y la revista y el je suis charlie, se confirma, no tiene nada que ver con la revista ni con lo que haya dicho.

Aparentemente la prefectura que administra la zona de Meudon tiene pica con los extranjeros y más que nada con los argelinos, así que cuando vaya a renovar el titre de sejour procuraré no estar muy bronzeado, nada de playa este verano.

En fin, está bien, el Sábado tenemos la partida de tetris que corresponde; 20 metros cuadrados y cada vez más valijas.

Clases

Tuve la suerte (mejor dicho, me ayudaron) de poder tomar unos cursos de BTS en Massy-Palaiseau, hasta Junio. El BTS es un terciario que viene después del liceo, yo doy clases en el curso de "assistant manager" que es un eufemismo para "secretario con un poco más de vuelo que puede tener ciert grado de iniciativa para presentarle informes a su jefe". Las cartas estan todas dirigidas al señor X y los temas tienen que girar alrededor del "mundo de la empresa". Los pibes son bien, son pibes y al menos mi función no es gritarles. Me di cuenta, de todas maneras, de que mi experiencia en el colegio me tiene alienado de tal manera que vivo apercibiendo a los alumnos, pidiéndoles que se callen, controlándolos. Paso algunos minutos pensando en esto y tratando de sacudirme ese molde, de hacer cierta higiene.

María, la profesora que remplazo, dejó algunas cosas preparadas. Me toca hablar de Zara y la industria de la moda en España, los alumnos (más bien alumnas) están muy colgados. Aprendí que Zara tiene un escuadrón de tipos que van por ahí mirando qué usa la gente para reproducirlo en sus tiendas.

Houellebecq

Terminé "Soumission" y "Las partículas elementales", ahora sólo me queda un librito de ensayos y crítica que se llama "El mundo como gran supermercado", cuyo primer artículo es "Jacques Prévert es un imbecil". Bastante bueno, se confirma que Prevert es el Benedetti francés
"Soumission" es una mala novela, es graciosa y tiene buenas tesis. No quiero adelantar nada. Leer a Houellebecq en Paris es más rico por la cercanía de los referentes, y más pobre por la misma razón. Lo que sí es que aca el patetismo es más violento, y la sensación de un grande y telescópico simulacro que podría ser Paris amplifica muchísimo.
"Las partñiculas elementales" es sin duda el mejor libro que escribió, luego son todo re-escrituras; él mismo Houellebecq lo dice en su librito de ensayos: "cada hombre es isomorfo a una novela". La intertextualidad con Céline es clarísima, otro hombre-novela. Céline es mejor, no solo por la calidad de su escritura, sino porque ese siglo que nos separa inunda la brecha de cierta distancia esperanzadora y cauta.

Amigos

Se va Nicolás y Agostina, las primeras personas que conocí en Paris VIII, hace tres años. En ese momento compartimos el metro de vuelta y ahora nos hacemos la posta. Mi cumpleaños fue bueno, tuve dos: en el primero Gisèle me regaló un individual en donde están estampados todos los metros parisinos: mi obsesión desde que llegué; en el segundo fuimos al mismo bar a done había ido cuando era asistente. Quizás el mejor momento de la semana fue encontrarme a un amigo cuando bajaba del tren, él subía y hablamos dos minutos mientras las puertas se cerraban.
El mismo día fuimos a un parque y me pidieron tabaco como 3 veces.
Fue el día más montevideano que tuve.
Después volver al Banlieu y a empezar de nuevo. Las ciudades así de grandes encierran necesariamente una existencia rutinaria, todos los lugares son lugares de pasaje, de partidas y llegadas, quizás por eso mi interés en el metro y en hacer de ese lugar un espacio más significante.