martes, 22 de noviembre de 2016

Noviembre

La rentrée

Durante un Verano contrahecho la movilizacion se tomø vacaciones.
Después de una tímida marcha de la "rentrée de la grêve", consigna irónica pero bastante adecuada a los hechos, poco queda de una Nuit Debout que muere lentamente bajo un signo taxonomico: textos, charlas, puestas a punto. Ya se veía venir (en ese pretérito hipøcrita del hoy narrativo).

Seguimos en Meudon y los arboles vuelven a la monotonía de varios otonios. Tenemos vecinos nuevos, con dos hijos, cómo todos en Meudon, salvo los que aun lo son.

La prefectura me pidió que terminara mi mémoire, sino no; así que durante un mes estuve yendo al parque de la Isla Saint-Germain, Santo tan presente en la toponimia parisina como los mas laicos Jean Jaures, De Gaulle o Victor Hugo.
Asi escribí una monografía innoble, qué tan mal no me fue, y ahora luego de varias discuciones y apuros soy doctorante. Son tres años, pero probablemente me tome seis. Seis es el máximo.

La prefectura no cumplió y todavía están fabricando mi titre de sejour, cada tres meses renuevo mi papel por tres meses que me permite estar.

Los trabajos y los dias

Trabajo, trabajo bastante.
Entre ventanales y banios doy clase en una Escuela de Comercio, algo asi como la Universidad de la Empresa en Uruguay.
Es en La Defensa, en donde he visto que hay, desde el piso 8, un cementerio. La escuela tiene camaras y molinetes para entrar, cada uno tiene una tarjeta que corresponde a lo que es. Hay una escalera mecanica para salir a la Avenida. Los chicos son iguales a aquellos del BTS, los de la tecnica, de los que ya he hablado y a los que tambien les doy clase este anio. Estos otros, en cambio, tienen, algunos, remeras lacoste, y padres. Me dijeron que "a los espanioles no les gusta trabajar" y algunos me hablan de Mujica, con ese gesto de complicidad que me incomoda y al que ya estoy acostumbrado.
Tengo 5 alumnos particulares y les hablo de la Paella, de Borges o de Suarez segun el perfil.
Trabajo en Paris 8 de tutor, en una oficina, no hay nada para hacer y me invento movimientos, tomo café gratis y miro los ficheros como esperando decifrar un secreto.
Cada tanto cae una mujer, o una pareja con un hijo en brazos, para inscribirse. Una mano espectral pero aceitada arregla estas inscripciones. Aparte de eso, todo, los sellos, los ficheros, las engrapadoras o la cinta adhesiva estan bajo llaves, y solo el secretario tiene acceso. Yo de a poco voy recibiendo estas llaves, pero no aun la de los utiles.

El cielo es ocre y las cosas se repiten. Creo que nunca me ha costado tanto escribir.
Creo que he perdido el sentido epistolar que siempre, en algun lugar, ha sido, aqui, despues de tanto tiempo.  El Sena inundø la ruta que cabe por sus fauces hace varios meses, luego la devolvio.


Me robaron la tarjeta de credito en un Bar. Ya no encuentro placer en ver trenes, los ruidos graves suenan todos como pasos. No leo ficcion, compramos una maquina para hacer raclettes y una aspiradora y escucho mucho la radio, de manera obsesiva, hablen de lo que hablen. Veo videos de Trump y de Putin, varios por dia.

Hoy, he pensado en Huissman y en el hartazgo de los placeres, y en mi falta de hartazgo.

El 16 voy a Montevideo.