lunes, 30 de noviembre de 2015

El taller

Empecé  el taller de filosofía .Las primeras dos sesiones los alumnos propusieron preguntas,  todos los que van tienen algun tipo de cercanía con pensar, no muchos, 6 o 7 asisten de manera itinerante.
La preguntas más curiosa que han formulado hasta el momento son: "¿Es obligatorio ser feliz?" y a partir de esa: "¿Tiene uno derecho a estar triste?".
Lo más cursioso son algunas respuestas: "Ser feliz es tener buenas notas". Eso me dijo un alumno que tiene casi siempre buenas notas, es el mismo que el que defedió su derecho a la infelicidad.
Anteayer me preguntó el CPE si podía hacer algo sobre los atentados, una cartelera con reflexiones. Yo le dije que sí, pero que iba a llevar tiempo,  distancia, y que no iba a ser algo del tipo "qué horrible, defendamos la libertad". Él no entendió mucho, quiere algo, algo concreto, parece que muchos profesores piden de los alumnos, indiferentes, aún presos del acontecimiento, que digan, que tomen posición. Vamos a ver.
Dos alumnos no respetaron el minuto de silencio, uno no se sabe bien por qué, y el otro parece que dijo "yo no voy a hacer lo que el gobierno me dice", "todos los días muere gente en muchas partes del mundo y nadie hace un minuto de silencio". Así que le pidieron que hable con la directora, ella le mandó hacer una composición, de 200 palabras exactamente, sobre la importancia del minuto de silencio. También escribió un comunicado a la madre, la cual le respondió: "Mi hijo tiene el derecho de expresarse, Viva Francia! Viva la República!". El Cpe dice que la madre toma y que la cosa va por el lado del Front National. El chico dibujó unas kalashnikov en una mesa, llaman a la policía, él preguntó si le van a hacer una "ficha S" (ficha que se hace para las amenazas potenciales a la seguridad nacional). Yo ya dije, ante miradas espantadas de mis colegas, que mandarle hacer una composición y llamar a la policía no es aproximarse de una manera demasiado amable, y que quiero hablar con él. Me dieron permiso sin confianza.
Vamo a ver. Curiosamente, y en eso de que nomen est omen, se llama "Antoine fusilier" (Antonio fusilador).

Atentamente

Cuando pasó todo estabamos en "La parrilla". Puede llamarse así porque es, de hecho, la única parrilla que hay en todo Paris, por autodenominación. Salió una entrevista en subrayado, hace poco, de un tipo que estaba ahí, parece que la gente "se chocaba entre sí y todos lloraban". De verdad no pasó nada, estábamos tomando un Stagnari y alguien dijo que había unos tiroteos, sin darle mucha pelota nos decidimos por tomar un vino chileno que estaba mucho mehjor. Después los números de muertos empezaron a aumentar, 40, luego 60, luego 100. Yo pedí otra botella y me dijeron que no, y la medida más importante que se tomó fue hacer camas para los que no querían salir y permitir, tacitamente. fumar en un salon, para no tener que ir a la calle. No me vendieron otra botella de vino y eso me puso de malhumor. Los niños que estaban seguían corriendo y jugando, y a eso de las tres nos fuimos con una amiga que estaba quedándose en Meudon. Las sirenas aún siguen por todos lados, pero Paris siempre fue una ciudad con sirenas.
Hay medidas de seguridad y han registrado casas que nada tienen que ver con los atentados, leí hace poco en "Le monde" (incluso en Le monde) que la policía destruyó una mezquita y que lastimo a una niña en una redada, envión de heroicismo, buscaban a un pariente lejano de alguien que quizás tuvo algo que ver. Lo curioso es que hoy, dos semanas después, no se ven milicos disfrazados en la calle, todos están de civil. Hoy (a los pies de diciembre) se llevaron 300 o 200 detenidos en las manifestaciones por el clima en la plaza de la República, y cagaron a patadas a una pareja por decir "Daesh" en una conversación.
Yo pensé en Bataille y en eso de defender los valores occidentales en tanto "tomar champagne, ver futbol y escuchar rock". Esa libertad. Una contrapropuesta habría sido defender "no suicidarse" o "no cagar a tiros a gente".  Pero la libertad tiene más sentido cuando no es una cuestión antibelicista, entonces es esas pavadas;  la "occidentalidad", por más criticabe que sea, queda resumida a esto: algo mundial, algo que coincide con el cosumo como modo de vida, algo profundamente vacuo.

Mientras, durante la reunión por el clima los días avecinan un invierno dulce, felizmente sin nieve.





miércoles, 4 de noviembre de 2015

Noviembre

Borrador de Marzo.

No tengo mucho tiempo para escribir. No hablo de la magnitud física, sino del tiempo para decir. El trabajo ejerce un canibalismo sobre todos aquellos que lo padecen. En fin, las cosas se suceden inmóviles y vertíginosas; la velocidad homogeneiza el paisaje.

Meudon

Paris tiene mucho Otoño. Aquellos obreros del RER que diseñaron sus casas alrededor de la gare de Meudon-Val Fleury se fijaron en que pudieran escalar las enredaderas y desvestirse de rojos y violaceos hacia Septiembre.

Vamos a renovar el contrato, por lo menos para estar un tiempo. Los 19 metros cuadrados son díficiles pero más difíciles son 1200 euros por mes.

London

Will volvió, y en forma de promesas. El sitio de idiomas, "Yolingo", abre dentro de poco -desde hace tres meses-, por ahora tiene una página de facebook con cuatro "me gusta". Yo le puse elquinto para ver si me paga y estrenar mi cuenta de paypal, completamente inútil.
El sitio, parece, va a estar enfocado al chino. En su última publicación, tiene una foto de Mark Zukerberg abrazado de una chica asiática y un link  a un artículo sobre "por qué el chino es importante para los empresarios". Varios artículos sobre el mismo idioma más abajo, aparece uno sobre el español y lo importante que fue para una tal Jenny para trabajar en una ONG que ayuda a los pobres en Latinoamérica.

Sevres

Empecé un taller de filosofía, fueron tres pibes. Lo doy durante el recreo, el más largo, de una hora. Hice un cartel con una lechuza y el père Ubu, en una suerte de propuesta sobre las asimetrías del saber que ni yo termino de entender bien. Me gusta el dibujo del père UBU. En fin, después de leer muchos artículos durante las vacaciones, aprendí que los talleres de filosofía son algo que existe en Francia desde los 90s, que está harto extendido y teorizado,y que es un monopolio casi exclusivo no de filósofos sino de gente de Ciencias de la Educación. La mayoría funcionan con una moralina disfrazada; con dibujos y fábulas proponen que el racismo está mal, que hay que escuchar a los otros y que todos somos iguales y que la violencia es mala. Algunos directamente no pasan por la criba de la impostura universalisante y proponen formar ciudadanos. Todos suponen que el que construye el conocimiento es el pibe, y que no hay que intervenir; un par de artículos son bastante cínicos sobre este punto: "es cierto que los niños no nos pueden enseñar nada, y no van a pensar nada interesante, pero el objetivo del taller es metodológico".
Yo hice algo parecido,  pero mezclo con algo de historia de la filosofía y trato de no "hacer la moral" como dicen aca.
La directora se me acercó luego de la primera sesión, me dijo que después de los sucesos de Charlie Hebdo era muy necesario lo que hacía, y me preguntó cuales eran los temas.
Un pelado con la barba igual a Wolverine, que se cruza de brazos y usa lentes negros cuando está nublado,  me dijo que el era fanático de Michel Onfray.
El mismo día, una madre entró al colegio porque su hijo, Salim, un gordo de la cité, le dijo que lo había amdedrentado un hombre X (ix-men en francés). Y la mujer repitió y preguntó en la oficina de los vigilantes: "Dónde está ese hombre X y qué problema tiene con mi hijo"?.

Saint-Denis

En Paris 8 siguen controlando la entrada, este año aumentaron el número de cursos del Master así que tengo que hacer seis. Está de moda hablar de la memoria, la mayoría de los cursos son sobre eso, incluso para criticar por qué esta de moda hablar de la memoria. Un chino de Hong Kong y un español se acercaron para hablarme, el primero sobre el Chavismo y el segundo sobre el Kishnerismo. Soy un latinoamericano, por la barba y el mate (mi mate circula entre varios europeos y africanos, durante los cursos, algunos curiosos y otros que estuvieron en el cono sur). El tipo de Hong Kong me hizo un montón de preguntas retóricas creo, no sin paranoia, para medirme: a ver si Chavez sí o Chavez no. Después buscó entre sus recuerdos y me preguntó sobre "ese presidente de Uruguay de lentes que ya estaba muerto"; ahora pienso que capaz en china y antes de venirse, de lo último que vio fue del viejo Batlle, y que no estaba equivocado sobre ninguna de las dos cosas. Al final quedamos en reunirnos con otros latinoamericanos, cuando la discución se empantanó me habló de Hong Kong, de los movimientos independentistas y de cómo algunos radicales salen a patotear turistas continentales. Habla perfecto inglés. El chico español milita en "Podemos2, tiene un samsung gigantesco y me agregó a "watsup". Llegó en un momento y de mi parte esa revelación incomoda y necesaria de que Mujica no es Ghandi, y los dos miramos hacia el piso, yo por hastío y él no sé por qué, Unas semanas antes en el supermercado con Gisele nos encontramos con una periodista argentina que trabaja para Francia, que nos dijo que "qué grande el Pepe", y ahí todos miramos la bolsa de zuchinis, y yo cambié de tema.
Gisèle fue a ver a Tabaré, yo estaba invitado pero laburé. La conferencia está grabada, parece que Tabaré habló del progreso, de las bondades de la ciencia y deque el tabaco es muy pero muy malo. También citó a Marx, pero en un acto fallido o un error. Marx dice que el capitalismo es cobarde (porque no invierte si no hay beneficio visible), Tabaré dijo que "el capitalismo no es cobarde", en referencia a que Phillip Morris le iba  caer con todo a Uruguay.

Buenos Aires

No estoy estudiando a Céline, leo a Mellvile y a Douglas Adams por intervalos, según el cansancio. A veces intento con Bergson, pero su análisis de las neuronas centrípetas y las neuronas centrífugas me es difícil de procesar, aunque me hace reír (menos que Douglas Adams). Así que dedico mi tiempo a leer sobre la Argentina y la situación aberrante a la que está sujeta. A veces me acuerdo que en Uruguay hubo elecciones pero me interesaban menos, aunque fueran igual de aberrantes. Yo creo que Argentina es intensa, pero que esa intensidad no radica en la polarización a la que, parece está sujeta, y creo que esta e suna buena oportunidad para hacer algo político, queno fuera votar.

Petit Palais
Fuera de todo vamos bien, la abulia se sientemás que el año pasado, por suerte en Febrero me voy a Uruguay.
Abrazos.






martes, 6 de octubre de 2015

Elite

Hace un mes que trabajo en el colegio de Sevres. Por si dije o no dije, es un colegio en donde hay varias categorias de clases.

Algunos alumnos siguen el plan normal del colegio francés (el ciclo básico uruguayo), otros integran la sección bilingüe: tienen profesores ingleses o alemanes y asisten a cursos en su otra lengua madre. Otros integran la, en vías de desaparición, sección europea, la formación francesa para aquellos que tenían buenas notas en la primaria: tienen otra lengüa extranjera a partir del primer año (aleman o español, el inglés está por default), griego o latín y más horas de matemáticas. Finalmente estan los de punta, la sección internacional, que dan una prueba de admisión y tienen todo lo que los anteriores, en una curricula de 9 horas de cursada por día.

Ahora bien.

En ese colegio no nos pagaron. Es complicado, resulta que la persona que tenía que mandar los papeles los mandó, pero los mandó tarde, pero en realidad no los mandó tarde sino que fue culpa del correo, y al final fue culpa de los que pagan (un liceo), y al final fue culpa de la chica según el liceo. La cosa es que no nos pagaron el primer mes. Entonces vino la jefa y dijo que ibamos a hacer huelga (lo propuso ella), y la directora apoyó. La directora dice que es culpa de los otros, y aunque la huelga supone por un lado que hasta los patrones apoyan a sus empleados, también demuestra la inutilidad de ser vigilante (a nadie le importa mucho si no vamos al trabajo, al final ellos mismos saben). También demuestra que la huelga no es necesariamente una medida de fuerza cuando el vínculo entre el pago y el trabajo está mediado por la tercerización: al final todos somos rehénes de la tercerización. Cuando no le ves la cara al que te paga no lo podés putear, y entonces; ¿a quién reclamás?
La huelga al final no va a hacerse porque, ante la amenaza de huelga por carta parece que nos pagan (¿y no estaba previsto pagarnos?), en fin, me quedé con las ganas.

Sevres es una ciudad en donde viven muchos extranjeros de los buenos, bancarios, diplomáticos, periodistas; eso que se da de irse a un barrio en donde poder hablar inglés. Es un barrio de viejos ricos, no como el centro de Paris que es de bobos o hipsters, en donde van los diseñadores o los publicistas, aca hay gente con hijos que se alquila por 4 o 5 mil euros una casita con jardín.
Alguien tiene que atender los super, entonces en el colegio de Sevres están los normales, que en su mayoría son negros o árabes, que juegan en el club de Sevres y que en el patio se juntan y hacen la clave cubana (la misma del candombe) y nos desafían.
Los chicos de la "internacional" (la clase) los desprecian, hablan inglés (perfecto inglés) en frente de ellos, los otros los empujan, los insultan en árabe, con una violencia más sincera, más ingenua. Entonces cada tanto hay guerras en el recreo, los chicos de la intrnacional me contaron que sus profesores les dijeron que ellos son la "elite" de Francia, los otros no me cuentan nada porque yo no hablo bien francés (de hecho se burlan). Yo no puedo hacer nada e intento.

La otra vez entré a una clase, no sé cual; un pelado de camisa decía: "lo que pasa que estos son empresarios, imagínense, aca las negociaciones son por 40 mil, 50 mil euros, don perignon, nada de mesas de negociación, restoranes, en un penhouse". Los chicos de 12 o 13 miraban el powerpoint; "tratado de Tokio", ecología.

Akram es uno de los que labura conmigo, se pasa la tarde mirando páginas de indumentaria Nike y mirando los resultados del Roland Garros (no mira el partido sino los resultados). Sandra le grita a los niños, después propone que está gorda, Alexandra es la compañera de un técnico de la B, lleva la Cosmo y yo hago los tests para ver si mi hombre ideal tiene barba. Alexandra cantaba en un grupo de Jazz, pero después del primer hijo tuvo que dejar, es macanuda y hace buenos chistes. Sandra murmura, tiene esa cosa de murmurar cualquier cosa y que parezca importante y perversa, entre lo bajo le cuenta a Dalila la vida de cada alumno. Dalila tiene un hijo, es negra, odia a los internacionales y les dice a los normales que esta bien que les peguen. Esta cansada, está muy preocupada porque no le pagan y es muy solidaria, ayuda a todo el mundo y llevó una máquina de café porque no se sostenía eso de pagar 40 centésimos en la máquina de la sala de profesores. Nostros no somos profesores.

Los alumnos de la inter me preguntaron por qué trabajaba de esto. Les dije, que qué tenía que ver, que la utilidad era un delirio, que no le den bola a sus padres, que voy a dar un taller de filosofía. Uno de la inter quería ser artista, pero su madre le dijo que no termine como su hermano, que había hecho Bellas Artes y que ahora tenía que ser profesor de educación física porque "hoy en día nadie puede vivir del arte". Yo le dije que nunca nadie pudo vivir del arte.
Yo temo y me siento impotente, y al mismo tiempo muy poco me importa.

La facultad, bien.

jueves, 19 de marzo de 2015

Mentir, mentir siempre

Bagatelas 

El médico que me atendió en Meudon vive en la esquina de Rabelais y República. Rabelais, también médico, era muy admirado por Céline por su lenguaje "grasoso" y "viril"; cómo diría una suerte de lingüista barrabrava o el mismo señor Destouches "una sintaxis con huevos".
A su vez, el señor (el médico), me dijo que está todo bien y que de dónde soy. Yo ya estaba pronto para darle las tres o cuatro referencias de Uruguay: que no hace tanto calor como plantean las cinco vocales, que no es Argentina y que Cavani. Pero resulta que el tipo es, o fue, poco importa, cuñado de un periodista uruguayo bastante conocido y quedó por esa.

He descubierto que hay un bus que me lleva directamente al trabajo, al de dar clases. Pasa por todo le sur de Paris y me deja en Arcueil-Cachan, en donde tomo el RER B. La banlieu, desde el esplendor de Meudon (ayer me enteré que vivo en el barrio de los obreros que construyeron la linea C, cuyas casas renovadas ahora son maison bourgeoises, término más neutro y sintagmático en francés); uno pasa por plazas comerciales horizontales hasta una suerte de 8 de octubre, con cantero derruido y polvo recién barrido, en donde venden motos por vidrieras con stiquers fluor pegados. La autopista es obsena y a pesar de, o mejor, muchas gracias a esa imágen seca, siento que Paris existe. El centro y después el resto, el parking, los baños, Saint-denis, etcétera.

El otro trabajo cada vez pesa más. En el recreo me entretengo mirando a Plácido, un negro enorme de 120 kilos, Ulis (Unités localisées d'inclusion), es decir que tiene algun trastorno de aprendizaje/ comportamiento/síndrome, etc. La característica de Placide es que no habla; él ríe, se agita, puede pasar horas mirando un charco, saluda a sus amigos con un choque de palmas y un choque de puños, como se acostumbra entre los colegiales, luego se hamaca con su propio peso y entra en un estado de éxtasis. El método de inclusión de los Ulis consiste en hacerlos imitar el comportamiento de los otros, no calificados como Ulis, entonces la guardia personal de cada Ulis los hace mostrarme el carnet cuando entran, decirme buen día (cosa que no hace el resto), asistir a las clases y, mediante traducción de su patrono, hacer los ejercicios que le correspondan.

Les copains d'abord

Alejandra me dice que Elodie es una yegua, Elodie me dice que Alexandre es un P.D (pederasta que también quiere decir homosexual, una vez asistí a una conversación en donde una señora normanda, cuyo esposo es un herrero, explicaba cómo los pederastas no son necesariamente homosexuales), Samiah dice que Elodie es una fascista y Gael apunta que Samiah es una inutil. La jefa, Mme Reynard me dijo que las relaciones humanas son muy complicadas y yo le dije que el infierno son los otros. Por eso me gusta Placide, con cierto fetichismo, porque descubrí hace unos días que hace crucigramas y porque cómo dijo Dolina que dijo Richelieu "cada amor que se apagara, por más pequeño que fuera, le causaba una interminable angustia".

Tengo de a rachas, entre somnolencias y correspondencias, una consciencia de cierto determinismo estético de todo esto, y no sé nunca si al final yo voy a decubrir que Elodie era una impetuosa lectora de Shopenhauer, y que Alexandre milita para el front national.

Meudon Forest

El bosque de Meudon, que así figura en Google maps, está repartido entre un bosque cuyos árboles marcados para el senderismo te avisa su europeidad, un lago en donde patos, cisnes y palomas se asesinan por migas, y una casucha de pescadores restaurant que está bien puntuada en trip advisor. Al lado queda el cementerio de Meudon, ¿Estará allí Céline? Leí hace poco, no sé donde, que fue rechazado y cagado a pedrazos por el alcalde y los habitantes de Meudon, quizás ese Meudon de obreros ferroviarios,  me dijo una amiga que su casa se quemó. Ninguna calle se llama Céline, y sin embargo no es dificil imaginarlo hoy, a él mismo, al escritor de "Bagatelas para una masacre", unciendo los cuerpos de los inmigrantes africanos que esperaron en mi misma sala, la de ese médico que conoce Uruguay y que cobra el precio justo de lo que la seguridad social cubre.
Por mi parte voy a hacer mi mnografía de Master sobre él mismo, sino porque tenga realmente tema por el placer de desperdiciarla, aunque inconluso esté dentro de un año y medio, en sus obras, Si al final a él le encantaban los desperdicios, y eso es lo que siempre estamos olvidando, ese Paris del Sur, los afiches de los baños de algunos bares.

Criar fantasmas

Una vez conté que esto de los Erasmus y sus versiones menos becadas tiene algo de criar fantasmas. La mundialización me interesa "hasta ahí", y ya dijeron, ya dijeron tanto, que hay lugares que son perpetuamente aeropuertos, cada vez más. Aeropuertos y muséos, aeropuertos-muséos, esa paradoja del movimiento que son los pases por 5 días, los bus turísticos. Recuerdo una noche yendo a Beeauvais, una madrugada en donde me levanté en Port de Vanves, y un señor llevaba un ramo de manzanas en el metro mientras miraba para abajo. Recuerdo la voz de unos australianos mientras se sucedían los carteles verdes (¿azules?) de la ruta, y yo me iba quizás a Budapest o a Dublin, y alimentaba tantos fantasmas que la vida parecía un cementerio sumergido, con ese brillo. ¿Qué ha cambiado desde entonces? A veces pienso en mis amigos añosos, que no contestan a ciertas preguntas, que sortean las cuestiones con miradas o comentarios sobre botánica. Y empiezo a entender el por qué de los jardines de los viejos, cómo ese personaje de Hugo que no tenía para comer y regaba sus flores todos los días, y conservaba celoso, con el mismo afán, sus tomos de literatura latina.

lunes, 16 de febrero de 2015

Nunca llegó la nieve

Topografía de los pizarrones

Will volvió.
En un apartamento, de pantuflas, me contaba que, allá por los 80s, tenía una banda estilo New Wave, que era fanático de The police y que luego de ser baterista se dio cuenta de que su "don" (gift) era "tener ideas".
Hizo tazas y tazas de café, esperábamos a Cesar entre persianas automáticas y un pizarrón que no era porque no lo hubieran dejado empotrarlo en un apartamento alquilado; así que Will puso unas láminas de cierto material cuyas irregularidades dejaban escribir, solo, obviando los pliegues de la placa mal puesta. Luego me indicaron "la marca" en donde tenía que pararme y así la primera clase: "Hello, my name is Martin! Today you are going to learn how to introduce yourself in Spanish".

Cesar filma, estudia con Luc Besson (cuya única película recordable es "El quinto elemento", si alguien recuerda alguna más, mi pésame por ese mal momento), cerca del video 5 Will se puso complicado; no entendía, me decía que los "ingleses no entienden tan fácil", que pronuncie más lento, Cesar hacía gestos de que él si capta, ambos sabíamos que Will era bastante dotado en ser un imbecil y también que nos pagaba la sesión. Will balbuceaba "too fast", "too fast" reclinado en una silla de playa, en el fondo de la habitación, mientras registra su Iphone. Cuando llegamos a la clase de los sonidos se desesperó: "eso de la jjjj y la ggggg, too fast, too fast". Con Cesar filmamos lo mismo 3 veces, entre cada toma fumábamos y hablabamos de precios de alquileres, del clima en Paris es difícil hablar porque es siempre el mismo, así que el tema universal es el mercado inmobiliario.

En el último video hicimos un diálogo; el español de Cesar era pésimo pero Will nunca se dio cuenta,
Seis horas estuve ahí, tuve que hacer un noséqué en donde me presentaba y decía que pagaran las 16 libras por mis videos, que era un tipo capaz y con experiencia: "See you soon!!". Will estaba contento, había aprendido a decir "diez" y lo repetía una y otra vez (its ten isn't it?).

Esa misma mañana, mientras esperaba el ómnibus, en Saint-Lazare no había nadie.
Paris, los domingos, es una ciudad: los comercios están cerrados y todo es triste como cualquier domingo: ya no es Paris sino domingo, en cualquier lado. A mi me tranquiliza eso, son cómo unas vacaciones de Paris que te da la ciudad misma una vez por semana.

En fin, yo esperaba para ir a ver a Will. Un veterano de barba que parece que siempre está ahí, dormía bajo el techo de la parada. Tenía los ojos tan caídos.
Otro llegó y amagó dejarle unas bolsas, a lo que una señora lo increpó:

este tipo está loco, lamentablemente en Francia cerraron los manicomios antes podríamos mandar a la gente y ahora ellos tienen que firmar la entrada y antes no había esto así que no le dejes nada que es peor porque antes los manicomios.....

El de las bolsas no sé si entendía francés,  la vieja no le iba a permitir salirse con la suya, agarró las cosas y se fue, la señora me tomó como relevo: lo mismo, que qué terrible, que qué mal está Paris con los locos. No llegué a decir nada, se subió al omnibus sin dejar de hablar, imagino, para comentarle al chofer.

Meudon, Meudon

Finalmente nos mudamos, conseguimos un apartamento, ahora en la zona 3, quizás en otro semestre lleguemos a estar en Paris, si la serie continúa. Otra vez es un sótano, todavía no alcanzamos a superarnos en la dimensión vertical, pero algo es algo. Otrora ahí vivía la au pair (niñera) que cuidaba a los nenes de la familia, ahora estudiantes en algún lugar de Francia; gracias al fantasma de los nenes que tuvieron lío para encontrar apartamento en su momento, los propietarios vieron en nosotros cierta simetría, y nos dejaron firmar contrato cuando no teníamos mucho que ofrecer. Es pequeño y oscuro pero más barato y a 10 minutos de Montparnasse.
Rodin tenía una casa en Meudon, es un Banlieu más cheto que Roissy, más aristocrático más bien, hay flores (Elisabeth también tiene flores, pero son todas de plástico, el otro día me explicó como, a la larga, son una buena inversión).
Los propietarios son una pareja de productora y director de series de televisión; copias de CSI, NCYS y todas las variantes del género, él toca blues y está medio pordido de hacer mierda, parece, ahora se quiere dedicar a dar clases. Ella hace los negocios.

En su casa tenían un ejemplar del Charlie Hebdo, yo, para confraternizar y que nos dieran el apartamento les idje que yo también lo habñia conseguido. Me contestaron que no les gustaba Charlie Hebdo pero que se suscribieron por una cuestión de apoyo. En fin, sigue la movida del republicanismo y todo eso y la revista y el je suis charlie, se confirma, no tiene nada que ver con la revista ni con lo que haya dicho.

Aparentemente la prefectura que administra la zona de Meudon tiene pica con los extranjeros y más que nada con los argelinos, así que cuando vaya a renovar el titre de sejour procuraré no estar muy bronzeado, nada de playa este verano.

En fin, está bien, el Sábado tenemos la partida de tetris que corresponde; 20 metros cuadrados y cada vez más valijas.

Clases

Tuve la suerte (mejor dicho, me ayudaron) de poder tomar unos cursos de BTS en Massy-Palaiseau, hasta Junio. El BTS es un terciario que viene después del liceo, yo doy clases en el curso de "assistant manager" que es un eufemismo para "secretario con un poco más de vuelo que puede tener ciert grado de iniciativa para presentarle informes a su jefe". Las cartas estan todas dirigidas al señor X y los temas tienen que girar alrededor del "mundo de la empresa". Los pibes son bien, son pibes y al menos mi función no es gritarles. Me di cuenta, de todas maneras, de que mi experiencia en el colegio me tiene alienado de tal manera que vivo apercibiendo a los alumnos, pidiéndoles que se callen, controlándolos. Paso algunos minutos pensando en esto y tratando de sacudirme ese molde, de hacer cierta higiene.

María, la profesora que remplazo, dejó algunas cosas preparadas. Me toca hablar de Zara y la industria de la moda en España, los alumnos (más bien alumnas) están muy colgados. Aprendí que Zara tiene un escuadrón de tipos que van por ahí mirando qué usa la gente para reproducirlo en sus tiendas.

Houellebecq

Terminé "Soumission" y "Las partículas elementales", ahora sólo me queda un librito de ensayos y crítica que se llama "El mundo como gran supermercado", cuyo primer artículo es "Jacques Prévert es un imbecil". Bastante bueno, se confirma que Prevert es el Benedetti francés
"Soumission" es una mala novela, es graciosa y tiene buenas tesis. No quiero adelantar nada. Leer a Houellebecq en Paris es más rico por la cercanía de los referentes, y más pobre por la misma razón. Lo que sí es que aca el patetismo es más violento, y la sensación de un grande y telescópico simulacro que podría ser Paris amplifica muchísimo.
"Las partñiculas elementales" es sin duda el mejor libro que escribió, luego son todo re-escrituras; él mismo Houellebecq lo dice en su librito de ensayos: "cada hombre es isomorfo a una novela". La intertextualidad con Céline es clarísima, otro hombre-novela. Céline es mejor, no solo por la calidad de su escritura, sino porque ese siglo que nos separa inunda la brecha de cierta distancia esperanzadora y cauta.

Amigos

Se va Nicolás y Agostina, las primeras personas que conocí en Paris VIII, hace tres años. En ese momento compartimos el metro de vuelta y ahora nos hacemos la posta. Mi cumpleaños fue bueno, tuve dos: en el primero Gisèle me regaló un individual en donde están estampados todos los metros parisinos: mi obsesión desde que llegué; en el segundo fuimos al mismo bar a done había ido cuando era asistente. Quizás el mejor momento de la semana fue encontrarme a un amigo cuando bajaba del tren, él subía y hablamos dos minutos mientras las puertas se cerraban.
El mismo día fuimos a un parque y me pidieron tabaco como 3 veces.
Fue el día más montevideano que tuve.
Después volver al Banlieu y a empezar de nuevo. Las ciudades así de grandes encierran necesariamente una existencia rutinaria, todos los lugares son lugares de pasaje, de partidas y llegadas, quizás por eso mi interés en el metro y en hacer de ese lugar un espacio más significante.


viernes, 16 de enero de 2015

Titulares

En la sala de lavar ropa, al lado del cuarto, hay una araña con el culo azulado. Pocos bichos sobreviven al invierno del paralelo 43: no hay mosquitos, no hay langostas como aquellas con las que con mi tío,que era pibe y yo apenas tengo memoria, jugabamos batallas en las tardes húmedas de la frontera.

Los trenes se suceden por la noche y chispotean hasta el cuarto, la red electrica pos-crisis del petroleo. Tienen los colores de la bandera francesa y hay uno, el que me tomo a las 7:06, que Je suis Charly, entre letras fosforecentes al estilo Hip-Hop. Combino con Paris Nord la línea E, he logrado encontrar las escaleras que dan justo a la linea H, he logrado ganarle a la aplicación transilien, agarro el tren antes de lo previsto y gano unos minutos de sueño.

 En Enghien me espera Gael, petiso, petiso,el pelo con gel, es un hombre hecho de 22 años que disfruta de gritarle a los alumnos con un tesón de pulmones grandes que sorprenden a su torso. Le gusta y grita y a Gael lo dibujaron, en una actividad que armó el propio Gael que pidió dibujar a los vigilantes, castigando a alguien.

Me espera Alexandre, que dice que es de Guadalupe pero nació en Francia, que dejó a su novia que tiene un hijo que no sabe si es de él pero lo reconoce para tener los subsidios de paternidad, y se ríe, y se levanta alumnas.

Alejandra me dice "hola", se vino con la crisis del 2001 y se queja de los árabes y dice: "¿Por qué ponen siempre platos sin cerdo en la cantina? Si yo voy a Marruecos no me pido una pizza con jamon".

En Enghien, una ciudad de judíos según la propia Alejandra, hago 18 horas entre Jueves y Viernes.

El camino al tren es de 8 minutos,  salgo de noche y gracias al equilibrio cicotímico de los equinocios y solsticios, ahora, no como antes, salgo, durante el día.

Me lleva una hora, como ir a cualquier lado, y he aprendido a dormirme y despertarme en los intervalos correctos; temo perder esta habilidad cuando ya no sea útil y nos mudemos.

Will volvió y me dijo que ahora hay guita, me dijo que "menos es más", que me esfuerce por enseñar menos en los videos, que es más (videos, más plata, videos pagos).

Cierto día fue el día de tirar cosas, y nos trajimos un antílope de lata que nos mira desde la puerta. Toda el pueblo estaba lleno de excedentes, todas las casas sobraban. Era como un carnaval sin gente.

Estoy pensando en una tesis sobre la universidad, ya tengo algo, mientras caminaba al colegio escuchando "Fight the power" El año que viene lloramos una beca y un alojamiento propio. En el colegio una vez sonaron la "alarma de incendios", cómo en las películas.

Para los caracoles los franceses inventaron un cubierto especial que sostiene el caparazón, una acción que puede ser perfectamente hecha, y debo decir, de manera más intuitiva, con las manos, pero quisieron darse el lujo de poner un cubierto más en la mesa.

Ahora todos somos Charly o no somos Charly, o nos burlamos de la gente que es Charly. Cortan trenes por valijas o mochilas abandonadas; la gente habla mal de los musulmanes, tengo alumnos que han dicho que "no hay que meterse con el profeta". Todo eso que se ha escuchado en todos lados.

La araña que vive en mi baño sigue. Nos regalaron dos biblias, una en francés, y después, una en español. La señora que vive al lado es de un culto protestante, y somos condecendientes.

Conseguí una alumna de español, es a una hora de viaje, tiene la voz temblorosa y se va a  República Dominicana, quiere aprender a hablar en un mes.

El primer semestre está saldado.